Que agosto no sea una excusa para dejar de cuidarnos. Como en vacaciones comemos más fuera y pecamos más, podemos compensar un poco haciendo más saludables las comidas que tomamos en casa, como los desayunos.
Acuérdate de tomar algo más que café y tostados y añade siempre una fuente de proteína al desayuno. Un ejemplo: queso batido 0%, melón, semillas y bayas.